Damaris «Taller Recibiendo la vida»

“La experiencia ha sido maravillosa… No imaginaba que la respiración podía tener tanto poder. Hay cosas que ya intuía de mi persona o que me imaginaba pero no era del todo consciente. Durante las respiraciones pude armar como una especie de puzle y encontré muchas respuestas y eso me ha dejado más tranquila y relajada pero a la vez con tristeza pues revivir esos momentos de mi vida: el nacimiento de mi hijo y el mío propio me ha dejado muy removida.

Durante el fin de semana realizamos un total de 4 respiraciones, 2 el sábado y 2 más el domingo éramos un grupo de unas 20 personas. Tenía mucha curiosidad por saber que iba a suceder…nos explicaron que una de las cosas que nos podía  pasar es un fenómeno llamado tetania, que es una rigidez sobretodo en las manos y que no lucháramos contra eso y  no nos asustáramos… pues efectivamente una de las primeras coas que note fue tetania, y muchas otras sensaciones que poco a poco fueron pasando, me conecté con mi nacimiento, primero estaba en una fase de mucho dolor por las articulaciones de las manos, después se apoderó en mi un sentimiento de tristeza y tenía muchas ganas de llorar, y lloré mucho como si fuera un bebé, necesitaba sustento y consuelo y tenía la sensación que nadie me lo daba cada vez estaba más y más enfadada y necesitaba calor y protección, poco a poco me fui calmando el dolor de las manos fue desapareciendo y por fin pude tocar mi cara abrazarme y consolar a la niña recién nacida, me sentí agotada y con ganas de dormir. La respiración de la tarde no fue tan intensa, creo que estaba muy agotada y por eso no pude respirar muy bien.

El domingo después del descanso por la noche sí creo que pude conectar con muchas cosas y fue una vivencia muy potente y reveladora, enseguida que la respiración empezó a fluir reviví el parto de mi hijo, me sorprendió muchísimo pero me dejé llevar sin poner mente en eso…me sentí poderosa y parecía que el nacimiento de mi hijo iba a ser como yo había soñado pues vi frente a frente a personas que me causaron dolor y las perdoné, cogí  a mi bebé lo abracé  y le dije que le amaba mucho y que era el bebé más precioso del mundo, el día que nació no pude hacerlo, me sentí muy feliz pero de repente todo el escenario se trasladó al preciso momento de mi nacimiento y pude ver a mi madre que me miraba con cara de desaprobación y lloré mucho, las imágenes se fueron volviendo más hermosas y el sentimiento era más agradable, sentí paz y protección mi madre me abrazó y me besó y también  mi padre que tenía una gran sonrisa.

Pasados unos días me siento feliz y más segura tengo muchas ganas de amar y que me amen.

Gracias Ángeles, gracias por tu paz, tu respeto y tu sabiduría.”

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