Se me presentó la oportunidad de realizar el taller de renacimiento en la formación de Doula que estoy recibiendo.
Cuando llegué a casa después de la experiencia, lo primero que me decía a mi misma era ” ¡Ojalá esto lo hubiese hecho antes!”
Reconozco que mis expectativas ante el taller no eran demasiado altas ya que tenía miedo a llevarme un chasco, pero después de las primeras respiraciones, todo cambió, estaba con otra actitud, una sensación extraña se había apoderado de mí, y eso me encantaba. Poco a poco me fui sintiendo confiada y sorprendida de lo que era capaz de “hacer” solo con respirar, respirar, respirar…
Las sensaciones que percibí me han ayudado a aclarar, entender y aceptar e incluso a no culpar a mi madre.
No hay mayor regalo para mí y también como no, para mi madre, ya que ahora mi relación con ella es diferente, es mejor. Y eso, ¡Nos ha cambiado la vida!
Nunca me cansaré de agradecértelo Ángeles.
Un fuerte abrazo,