Josune Iribarren «Taller Rescatando a tu bebé interno»

Trabajo como Maestra de Educación Infantil y cuando mi hijo tenía unos dos años conocí el rebirthing con Ángeles Hinojosa en el taller de “Rescatando a tu bebe interno” en Vitoria donde se me abrió nuevo mundo de oportunidades. Estaba en un momento de duelo por la muerte de mi padre y también en pleno duelo por mi infancia, por todo aquello que no fue y por aquellos sueños o deseos no cumplidos. Oportunidad de sentir, comprender, perdonar, clarificar, compartir vivencias, sanar.. Pude entender muchas cosas sobre mí y mi familia, mis necesidades y mi manera de vincularme y recordé que mi labor en este mundo tiene que ver mucho con el curar.

Un nuevo camino apareció.. y Ángeles me fascino. No pude dejar de seguir aprendiendo con ella reflexología, técnica metamórfica, arcilla…que tan útiles me están siendo ahora en mi vida diaria. Hace poco volví a tirarme al bello océano del rebirthing, en Bilbao, bien arropadita y cuidadita de nuevo por Ángeles que años atrás me había dado tanta seguridad y confianza en mí misma. Siento el rebirthing como una puerta abierta a uno mismo una vuelta al hogar y me encanta practicarlo en grupo, con gente que se cuestiona el impacto del nacer y de la manera con la que aprendemos a vincularnos desde el primer momento.

Mireia Marcos (Comadrona) «Taller Rescatando a tu bebé interno»

El pasado mes de Julio del 2011, tuve el privilegio de asistir al curso de Renacimiento “Sanando la relación con los padres” con Ángeles Hinojosa en Cubelles. Digo privilegio porque era doblemente mi sueño hecho realidad: por un lado, me hacía mucha ilusión hacer un rebirthing estando embarazada, y por el otro, ¡porque mi marido también asistió! Para él era su primer curso, aunque hizo una sesión hace años conmigo, y estaba un poco nervioso.

Me encantó que en el grupo todos eran madres y padres y compartíamos las cosas que más me apetecía trabajar en ese momento, los padres, los hijos, la crianza, los lazos emocionales, los traumas… Además todas las personas en el curso, con Ángeles en cabeza por supuesto, son maravillosas.

Mi experiencia al respirar fue más bien de disfrutar. Como he hecho tantas sesiones, ya no tengo apenas molestias físicas, y mis experiencias fueron bastante espirituales y muy relacionadas con mi bebé. Al compartir con el grupo recordé cómo en mis comienzos yo experimentaba otro tipo de sensaciones como los hormigueos, dolores, ganas de moverme, llantos y gritos, recuerdos dolorosos, y también esa gran satisfacción y sensación de logro.
Me ayudó a darme cuenta de lo mucho que he crecido gracias al Renacimiento en los últimos años, cómo he ido dejando atrás aquello que no me sirve, y he aprendido cosas nuevas que sólo podía hallar en mi interior. Como comadrona aprendí a acompañar a los bebés además de a sus madres, y ahora como madre me siento preparada para recibir a mi bebé.

Reconozco que lo que me hizo más feliz fue ver a mi marido despertar con el Renacimiento, disfrutar respirando como un campeón y descubriendo esta forma tan maravillosa de sanar.
Ahora, un mes después del curso, estoy todavía más contenta, ya que ayer decidimos por fin hacer una sesión los dos en casa, juntos. A Alberto le daba un poco de respeto volver a hacer toda una sesión, pero en seguida se quitó los miedos de encima y nos pusimos a ello. Respiramos por más de una hora, juntos pero cada uno viviendo su experiencia, y fue muy enriquecedor. No me quedan palabras para describir lo maravilloso que es poder compartir algo así con tu pareja, y con el bebé, que parece disfrutar mucho también.

Desde luego que haremos más rebirthing en casa, en lo que queda de embarazo y quizá después. De todas formas lo mejor es el trabajo tan profundo y completo que se hace en los grupos con Ángeles, y creo que seguiré apareciendo en algún curso en el futuro.

Un abrazo a todos los compañeros del curso, y a nuestra querida Ángeles.

Sonia García Ibáñez «Parir renaciendo»

Quería compartir  el nacimiento de Blai. Nació el 17 de Febrero a las 01.58h.

Recuerdo que en el Rebirthing Ángeles me dijo que pariría muy bien, y también Roser. Yo siempre he tenido buenas sensaciones, pero la verdad es que el nacimiento de Blai superó mis expectativas.
Empecé a tener contracciones muy débiles e irregulares cada 7/8/10 minutos que duraban sólo 1 horita, tanto el lunes como el martes y este día empecé a expulsar el tapón mucoso. El jueves empecé de nuevo con contracciones cada 7/8/10 minutos, que no molestaban, y seguía haciendo vida normal. Y a las 23.30 aprox empecé a tener contracciones cada 2 minutos, cortas pero intensas. No sabía si avisar a Roser y Blanca (mis comadronas) porque acababa de empezar, pero tenía la sensación que iba muy rápido, porque me molestaba en el coxis. Me dejaba llevar en cada contracción y las toleraba bien. Al final las avisé, y ohh, con toda la pena del mundo, Roser no podía venir ( el único día de la semana que trabaja en el hospital), así que vino Blanca y Roser contactó con Inma. Llegaron a las 00.30 aprox y en pocos  minutos noté las ganas de empujar. El expulsivo fue muy intenso y muy emocionante. Pensaba que en poco ratito tendría a Blai en brazos  y que seríamos capaces de hacerlo juntos y me ayudó mucho a concentrarme en la recta final, aunque por un par de veces aparecieron las sombras de no poder, que pronto se desvanecieron. Finalmente, a las 1:58h, nació Blai. Indescriptible.

Gracias por la vivencia del Rebirthing y por la confianza. Querer es poder, y también creer que se puede.

Cristina Sánchez «Taller Parir Renaciendo»

Quería agradecerte lo que hiciste por mí, y no se me ocurre mejor manera.

Fueron dos días, separados pero intensos, la verdad. Nunca antes había realizado ningún trabajo personal, y menos como aquel. Es lo que tenemos los de la rama sanitaria que somos unos incrédulos y nos pensamos que todo se basa en estudios y laboratorios, y nos olvidamos de lo más importante que es el sentido común, y eso yo hasta esos días no lo había pensado.

A partir de ese renacimiento muchas cosas empezaron a cambiar.

Me pasé el resto del embarazo visualizando mi parto, lo llegué a dibujar y me lo colgué cerquita de mi escritorio para verlo cada día y repasarlo mentalmente.

Llené mi casa de mensajes positivos sobre el día de mi parto, en el baño, en el pasillo, en la habitación,… me los llegué a aprender de memoria. Me ayudaron a pensar en positivo a todas horas y a darme fuerza internamente.

Me leí los 9 peldaños, el concepto del continuum, movimiento en libertad,…

Me reconcilié con mi madre, hablamos poco y nos miramos mucho a los ojos, eso me ayudó a perdonarla o por lo menos a pasar página, le hablé de todo lo que había vivido en mi renacimiento y su reacción fue mucho mejor de lo que esperaba, fue agradable el volver a rencontrarnos y lo fui labrando durante todo el embarazo.

La relación con mi hermana no tubo tanta suerte pero internamente la perdoné y pensé que quizás habría que esperar a reconciliar nuestras miradas a otro momento de nuestras vidas, pero la perdoné y eso me ayudó a limpiar  un poquito mi terraza.

Bruno  nació en casa el día 5 de Junio tal y como yo quería, tal y como deseaba que viniera al mundo, tranquilo, en paz, en armonía con la tierra.

Es un niño, tal y como visualicé en el renacimiento, increíble el poder de la mente, increíble la conexión con la madre tierra en el embarazo, increíble la conexión de algunas almas, simplemente maravilloso.

Por todo esto; gracias Ángeles  espero poder compartir contigo alguna otra vez otro momento mágico.

Besos.

Eugènia Barbat «Taller Recibiendo la vida»

A mí no me pasó nada respirando.. Solo que me quedaba como dormida, con grandes bostezos. Nací con pentotal. No sé si será por eso o porque no era mi momento.

Pero sí que me pasaron cosas fuera del taller. La noche del sábado, había quedado para ir a dormir a casa de mi madre, con la que tengo una relación fría y distante.  Me duele estar cerca de ella, ya que es muy dura. Pasó algo significativo para mí. Me sentí “abandonada” sola”. Habíamos quedado a las 9 de la noche, pero se olvidó, la llame al móvil, no contestó, apareció a las 10:30, había ido a cenar con un amigo y se olvidó de que había quedado conmigo. ME dijo, “ay que mala madre soy, lo siento, es que tu madre es muy distraída…” no lo tome nada mal…

Al día siguiente también pasó algo con mi marido, me sentí otra vez abandonada! sola en este mundo! el venía a comer a Barcelona con las niñas y en lugar de queda conmigo, dijo que se iría a comer con sus padres, que viven dos calles más allá de donde hacemos el curso. Luego me dijo que para volver a casa, que no me esperaría, que mejor que coja el tren i el taxi.  Que si no sería demasiado tarde para las niñas. No lo tome mal… pero luego me enfadé. Y otra vez me sentí despreciada, poco valorada. Es raro, normalmente no hace eso mi marido.

El lunes también le paso algo a mi hija, un pequeño incidente en la panadería que la hizo sentir “abandonada”, que no la escuchaba nadie. En la panadería, hizo cola para comprar pan, y la dependienta la ignoró. Vino llorando, diciendo que no quería ir a comprar pan, que lo haga yo.

Me he sentido “por casualidad” abandonada y sola. Ahora que lo escribo, todo tiene más sentido. Me pregunto, que paso cuando nací? quien me acogió? tendrá esto que ver con el taller?

Al cabo de una semana, estuve comiendo con mi hermana, diciéndole mientras lloraba que  me sentía sola, por la relación distante con mama, me abrazó. Nunca nos abrazamos con mi hermana. Fue bonito.

Llevo dos semanas enfadada, muy enfadada, pobre mi marido, lo pago con él. Es como si me hubiera saldo el enfado, será por sentirme sola? Yo nunca me enfado, me cuesta mucho enfadarme, tengo muy buen carácter. O será este buen carácter una auto-represión?

Susana C.F «Taller Recibiendo la vida»

El intensivo de rebirthing de este fin de semana ha sido una experiencia impactante, emocionante y sobre todo muy liberadora.

Como ignorante del tema me fui sin ningun tipo de expectativa y … caramba aún no salgo de mi asombro por lo vivido en el taller!

Poder recuperar la emoción, el cuidado y el amor que se respiraba el día de mi nacimiento en casa de mis padres me ha hecho sentir muy dichosa, privilegiada y si cabe decir MÁS LIBRE.

RE-vivir esta experiencia reforzará sin duda mi autoestima y me dará más confianza en mí y en la vida.

Gracias de corazón por acompañarme a Re-nacer y por regalarme este momento.

Me gustaría destacar del taller tu profesionalidad, el ambiente que creas con las canciones con tanto mimo escogidas y el cariño que has puesto en cada una de las palabras tan sabiamente transmitidas.

Un fuerte abrazo,

 

Anna «Taller Recibiendo la vida»

Cierto que el fin de semana fue intenso…y también bonito…

Mi experiencia del domingo por la tarde fue calma. Después de la revuelta de la mañana me sentía muy cansada y que no podía con otra removida más así que me puse a respirar deseando un poquito de paz pero a la vez abierta a lo que viniera. Y vino paz…Sensaciones y recuerdos que no lograba situar o entender en ese momento… Y me fue bien hablarlo con mi pareja camino a casa. Al explicarle un poquito mis experiencias del domingo me di cuenta que esos recuerdos y sensaciones me mostraban la relación que he tenido con mis padres: lo q me han dado pero no he aceptado x creer no merecerlo, lo q he necesitado de ellos y no he tenido, lo q me quieren aunque a veces me cueste entender…y que estoy enfadada con mi madre porque no estuve al nacer yo.

Estuvo cuando nacieron mis 4 hermanos porque para recibirme a mi decidió q no podía estar. Entiendo desde mi yo adulta que fue un acto de amor porque quería recibirme descansada y acogerme bien y realmente creo q debía ser así y q probablemente se lo pedí yo (porque sino se perdería el parto cuando ya sabía perfectamente lo que era). Pero mi yo niña no lo entiende y está enfadada y dolida. Legitimarle que se sienta así le da paz y después de haberle negado durante años su soledad y su vacío necesito reconocerla y mimarla un poco. Seguramente en el futuro perdonare a mi madre y espero mejorar mi relación con ella (q ahora empiezo a entender porque es lejana y fría) porque o ahora necesito permitirme sentir lo q siento y eso me da paz.
Por otro lado, en la meditación para conecta con nuestra misión aquí me salió q había venido para amar y enseñar a amar…y quizás mis primeras experiencias me ayudan a empatizar con las mujeres con quienes trabajo y me abren a la posibilidad de amar incondicionalmente. Y mi mama seguro me ayudara a ello pues nos escogimos para aprender a amar sin retener. Y soltar ese primer enfado para amarnos va ser seguro un paso importante…

Montse Garcia «Taller Recibiendo la vida»

Si tuviera que definir la experiencia en pocas palabras diría que fue impactante, muy potente y muy reveladora. Me estoy formando como doula y el taller de Ángeles entraba dentro de la formación, así que tenía que hacerlo, de todos los que hay es el que menos me atraía, sentía que no iba conmigo, lo veía como brujería o algo así, busqué por Internet algo y tampoco me acabó de convencer, más bien me entró miedo de hacerlo. Me plantee seriamente no hacer el taller, pero mi pareja me dijo que tenía que hacerlo, o como mínimo asistir para poder tener el título. Quizá al no tener expectativas conseguí vivirlo de una forma más abierta.

Hicimos en un fin de semana 4 sesiones, sólo empezar sí, me dio miedo pero podía sentir que estaba acompañada por las demás chicas de la sala, poco a poco dejé que lo que tenia que fluir fluyera y las siguientes sesiones las encaré de otra forma, ya sabía a donde iba. Noté muchas sensaciones, tuve recuerdos que estaban escondidos dentro de mi desde hacía mucho, pude liberar cosas que no había verbalizado nunca, vi a mis padres de una forma distinta y sentí que yo misma me empoderaba para hacer cosas nuevas en esta vida. Todo se removió dentro de mí, un trabajo que tengo pendiente ahora es modificar mis creencias, ya que lo que allí viví choca con muchas de las cosas en las que yo creía o no creía.

Después del fin de semana intenso tuve la necesidad de hablarlo con mis padres, ellos me escucharon atentos durante más de 1 hora, sin juzgarme, también quedaron impactados por mi relato. Ahora creo aún más firmemente que voy por el buen camino, que es muy importante la forma en que nacemos, la forma en que somos gestados, los sentimientos que tienen ya en esos momentos hacia nosotros y una manera de conseguir que sea de la forma más tranquila posible es teniendo mamás informadas, mamás serenas que están abiertas a dar amor incondicional a sus hijos. Me quedan las ganas de seguir profundizando en el tema, así que seguro nuestros caminos se vuelven a cruzar en breve.

Montserrat «Taller Recibiendo la vida»

Me doy cuenta de lo muy complicado que resulta contar mi vivencia con brevedad. Así, que escojo alguno de los enigmas aclarados, pero no todos.

Durante las cuatro sesiones de rebirthing recibí muchísima información y una gran comprensión de algunos sentimientos y sensaciones que me acompañan desde siempre, sin yo saber de donde provenían.

Por ejemplo: esa sensación de vergüenza, muchas veces incluso injustificada. ¡Qué vergüenza, qué vergüenza!, ha sido un leitmotiv en mi vida.

Tengo una hermana mayor, así que en casa esperaban un varón. Cuando mi madre  -muy decepcionada-  supo que era niña, le pidió a la enfermera que le “gastara una broma” a mi padre, anunciándole por teléfono que le había nacido un varón. Mi padre, felicísimo y muy orgulloso lo anunció a toda la familia y se presentaron en el hospital en tropel. Cuando se dijo que no, que había sido un error (mi madre ya no quiso reconocer que fuese una “broma”), todos parecían incrédulos. Un amigo de la familia decidió sacarme el pañal y verificar mi sexo, exponiéndolo a todos los presentes (y poniendo su dedo en mi vulva, dicho sea de paso).

Esta es una anécdota en mi familia que yo conocía, pero ese sentimiento de tremenda  vergüenza, se me hizo muy presente, muy real y muy vivido durante la sesión. Sentí que tenía todas esas miradas decepcionadas sobre mí, sobre mi persona, sobre mi sexo. Ya no me cabe la menor duda de que esa sensación viene de ese preciso momento.

Tuve muchas sensaciones aunque prácticamente ninguna imagen. Algo muy revelador, fue lo del dolor en la garganta. Ya os conté que cuando hago cualquier tipo de terapia o entro en terreno emocional siento una fuerte y dolorosa opresión en la garganta. Yo creía que venía de un aprendizaje precoz de “no hay que llorar” “llorar es de débiles”,  pero con rebirthing descubrí que ese aprendizaje era anterior. Desde el vientre materno, supe que llorar en esa familia podía ser muy peligroso: yo oía llorar a mi hermana y conocía las consecuencias.

El caso es que el dolor fue menguando durante las sesiones hasta llegar a ser inexistente en la última.

Supe también que mi misión de apoyo a mi hermana no acabaría nunca y que intentar esquivarla no hacía más que añadir sufrimiento y desasosiego en mi propia vida.

Llevaba casi un año sin hablar con mi hermana y ese fin de semana sentí la imperiosa necesidad de volver a verla. El lunes cogí el coche y me presenté en su casa…

Gracias  Ángeles por haberme ayudado a retomar el hilo de mi propia vida. Gracias por facilitarme el acceso a un poco más de luz en mi historia.

Un abrazo a ti y a todas.

Andrea «Taller recibiendo la vida»

Ángeles, tu nombre dice mucho, pero lo más importante es, que cuando te conocí, también lo llevabas reflejado en tu mirada, en tus palabras, en tu dulzura….

Conocerte es y siempre será un regalo para mí, no es casualidad que hayas aparecido en mi vida cuando he entendido que necesitaba un cambio y ese cambio tenía mucho que ver con migo, con mi ser, con quien soy desde el día que nací e incluso antes…

He escuchado cada palabra que has pronunciado con mucha atención, con apertura, con miedo, con alegría y sobretodo con mucho amor, porque así siento que haces las cosas, porque así he vivido cada uno de tus talleres, porque esa pasión y sabiduría que transmites alimenta mi corazón y mí ser.

Hoy te doy las gracias por haberte cruzado en mi camino y espero que sigas en él mucho tiempo…